Es la quinta ciudad más poblada de Uzbekistán, y capital de la provincia homónima. Su centro histórico fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1993. Es, junto con Samarcanda, una de las dos ciudades históricas de la cultura uzbeka en Uzbekistán. La mayor parte de su población es cultural y lingüísticamente tayika, a pesar de que la ciudad, como Samarcanda, fue incorporada a la República Socialista Soviética de Uzbekistán durante el período soviético. Ha sido uno de los principales centros de la civilización uzbeka a lo largo de la historia. Su arquitectura y sitios arqueológicos forman parte de los pilares de la historia y arte turca.